En primer lugar, se debe aclarar que la gran mayoría de los ganglios linfáticos inflamados regresan pronto a su tamaño normal sin la necesidad de un antibiótico y no suelen indicar una condición médica grave o peligrosa. Dicho esto hablemos sobre las razones por las cuales los ganglios linfáticos se inflaman y cuándo puede ser necesario el tratamiento.
En el cuerpo existen más de 500 ganglios linfáticos, también llamados nódulos, que están conectados en una red denominada sistema linfático. A pesar de que tienen aproximadamente el tamaño de un guisante, los ganglios linfáticos por lo general no son perceptibles a menos que se encuentren cerca de la superficie de la piel (en el cuello, la axila o la ingle) o son mucho más grandes de lo habitual. Entre sus funciones está la de almacenar y transportar células blancas, así como filtrar los gérmenes de todo el cuerpo.
Algunos ganglios pueden aumentar de tamaño cuando trabajan más en presencia de infecciones comunes, como la faringitis estreptocócica, el resfriado común, las heridas infectadas en la piel o las úlceras bucales causadas por un virus. Un ganglio linfático inflamado en la zona de una infección (por ejemplo en el cuello durante una infección del oído) puede duplicar su tamaño, pasando de un cuarto o la mitad de una pulgada a casi una pulgada de ancho. Luego suele reducirse a la normalidad dentro de unas pocas semanas, cuando la infección ha pasado.
Un ganglio linfático en sí también puede infectarse cuando es abrumado por la infección que está tratando de combatir. En este punto se inflama y es doloroso al tacto, la piel adyacente puede estar enrojecida y caliente. La linfadenitis es algo muy común y puede tratarse con un antibiótico, compresas calientes y analgésicos como acetaminofeno o ibuprofeno. Si no se tratan, los ganglios linfáticos infectados pueden progresar a un absceso (acumulación de pus) y propagar bacterias hacia la piel o el torrente sanguíneo.
Las causas menos comunes de inflamación en los ganglios linfáticos incluyen infecciones como la tuberculosis y las enfermedades de transmisión sexual. Otras enfermedades como la artritis reumatoide y el lupus también se asocian con nódulos linfáticos agrandados. Por último, el cáncer y la infección por VIH son causas muy raras.
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Cuando la inflamación persiste (más de dos semanas), aumenta o se presenta con otros síntomas, como fiebre, pérdida de peso inexplicable, sudores nocturnos, el médico puede ordenar exámenes de sangre, rayos X u otros estudios para determinar la causa. En caso de no encontrar la causa fácilmente, puede ser necesaria una biopsia del ganglio afectado.
¿Qué es un infarto ganglionar?
Al inflamarse los ganglios linfáticos, aumentan el tamaño de los nodos, esta inflamación puede comprometer la circulación de los líquidos linfa y origina un colapso serio de los vasos sanguíneos, lo que conlleva a la muerte del tejido, cuyo diagnóstico clínico, se denomina infarto ganglionar. Este proceso de inflamación extrema, puede producir mucho dolor en el paciente, el cual aumenta progresivamente mientras se produce el infarto.
Una infección, la radiación y la quimioterapia, así como una vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos), o cualquier trauma, puede ser la causa de un linfoma maligno que contribuya a la inflamación desproporcionada de los ganglios linfáticos.
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